jueves, 19 de abril de 2018

La revancha del fútbol (Argentina sale a la cancha)

De izquierda a derecha: Alberto Salcedo Ramos, Eduardo Sacheri, Sergio Ocampo Madrid, Juan Gabriel Vásquez y Luis Mayorga. Foto: La Pluma & La Herida  
(…) y volvimos a perder como perros, pero de nuevo juramos “hasta que salgamos campeones vamos a seguir viviendo… ”  (Eduardo Sacheri)

Por: Eduardo Yáñez Canal

Esta frase del escritor argentino que nos visita en la Filbo 2018 es un canto a la esperanza que nunca abandona al hombre. Sobre todo, al que ha perdido y piensa que tal vez mañana todo cambie y el triunfo nos alcance. Esa sensación fue la que acompañó a muchos de los que asistimos a Entre la ética y la lírica: Grandes jugadas del fútbol, debate de apertura del magno certamen editorial que tiene a Argentina como país invitado.

Fue el miércoles 18 de abril en el Gran Salón de Ecopetrol, 6 en punto de la tarde. Con lleno total, en el estrado estaban Sergio Ocampo Madrid -coordinador del conversatorio-, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, el cronista Alberto Salcedo Ramos, el escritor ecuatoriano Luis Mayorga, y Eduardo Sacheri, autor, entre otras obras, de La noche de la Usina (Premio Alfaguara de Novela 2016), La pregunta de sus ojos (llevada al cine con el título de El secreto de sus ojos, y la dirección de Juan José Campanella, Óscar a Mejor película extranjera 2010), y sobre todo, para efectos del fútbol, el ensayo Me van a tener que disculpar, donde manifiesta el disfrute que significó, a manera de revancha, la victoria de Argentina sobre Inglaterra en el mundial de 1986.

Empezó Ocampo Madrid al recordar el partido aquel de 1987 cuando, en el alargue, Peñarol de Montevideo anota el gol que deja al América de Cali como subcampeón por tercera vez en la Copa Libertadores.

Salcedo Ramos observó cómo, a pesar de ser el mejor equipo de la década en Suramérica, el conjunto dirigido por Gabriel Ochoa Uribe no logró obtener la máxima presea. Este y el vídeo que mostró la comparación entre Maradona y Messi al convertir un gol idéntico en distinta época, contexto y escenario, fueron los únicos que pudieron proyectarse.

Se dio entonces paso a la palabra, la memoria y el recuerdo de los panelistas.

Sacheri manifestó la satisfacción que le generó lograr el desquite cuatro años después de perder Las Malvinas. Fue la oportunidad ante todo el mundo de robarle a los ingleses y transmitirles la sensación de sentirse despojados de algo que atesoran.

Eso fue, guardadas las proporciones, el significado de La mano de Dios, como se conoció el primer gol de Maradona ante la rubia Albión. Luego, el segundo, una obra de arte, una pintura que ratificó que el desborde y final apoteósico del mejor jugador del mundo era prueba patente de que a todos les llega su cuarto de hora.

Luego, Salcedo Ramos recordó el gol olímpico de Marcos Coll en el Mundial de Chile 1962 ante el poderoso equipo de la Unión Soviética, con Lev Yashin, el mejor portero del mundo. Fue, al final, empate a 4 y el único hecho memorable que nos acompañó hasta el Mundial de 1990, cuando logramos el empate ante Alemania con aquel gol de Fredy Rincón.

Para el cronista barranquillero, todas nuestras historias patentizan que siempre nos faltan cinco centavos para el peso, o como dijera el filósofo del fútbol Francisco Maturana, a veces resulta mejor decir que perder es ganar un poco.

Aunque Sacheri disfrutó el calificativo dado a su equipo Independiente de Avellaneda como Rey de copas, aceptó que ahora llevan treinta y cuatro años sin volver a ser campeones de la Libertadores. Sin embargo, consideró, a manera de consuelo, que todos esos años dan a su conjunto una amplia ventaja sobre los demás que aspiran a ser los mejores de América.

Es decir, que en todas partes se cuecen habas. Asunto que confirmó Mayorga al admitir que Ecuador, eliminado de este Mundial 2018, tiene que seguir aspirando a mejorar para presentarse nuevamente ante los mejores futbolistas del mundo.

Para Juan Gabriel Vásquez, en su juventud notable goleador intercolegiado, el punto de quiebre para su afición fue la muerte de Andrés Escobar el 2 de julio de 1994, luego del Mundial de Estados Unidos.

No podía entender que un deporte donde se manifiesta la belleza estética y la búsqueda de la victoria con lealtad y normas claras, fuera escenario también de violencia sin límite. Sin embargo, todavía sigue a su equipo amado que en Colombia se llama Millonarios y en España el Barcelona Futbol Club.

En síntesis, los panelistas confirmaron que a pesar de las derrotas o tal vez por ellas, siempre estamos a la espera de que todo cambie y surja la gran jugada, y que nuestro club o la selección nacional nos brinden la satisfacción del triunfo.

Será entonces el momento inolvidable de la revancha, sin importar la angustia previa, morderse las uñas o, como dijo Sacheri, estar desconectado de todo frente a un televisor viendo tres partidos diarios del mundial de fútbol, como él tiene programado hacerlo, de principio a fin, con Rusia 2018.

Prográmese en la Filbo 2018: www.feriadellibro.com
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