sábado, 21 de abril de 2018

Las Maldiciones de Claudia Piñeiro

Grandes ligas de la literatura argentina: Claudia Piñeiro, presente en la Filbo 2018,con su nueva novela 'Laas Maldiciones'. Foto: Daniel Mordzinski 
Por: Eduardo Yáñez Canal

Claudia Piñeiro tiene todo claro. Con su estilo despojado de siempre, como la identificara un periodista argentino, siempre ha sido escritora. Y no acepta un calificativo más, pues a pesar de la necesidad de trabajar desde su juventud, siempre quiso escribir y lo ha logrado.

Así que dejemos a un lado los adjetivos para que la Piñeiro siga dando cátedra. A eso precisamente vino a la Feria del Libro de Bogotá 2018. El viernes 20 de abril en el auditorio del pabellón argentino, en charla con la escritora colombiana Marta Orrantia cautivó al público con el recuento de su vida y última obra: Las maldiciones.

Se trata de una novela en la cual desfilan políticos y sus mentiras, la paternidad, la solidaridad, la magia pero, sobre todo, la palabra que nos permite saber cuando se ama, se maldice, manipula y transmite esperanza. Todo sin calificativos, solo con hechos.

“Inicio con una imagen, en la categoría de un sueño, es como un amasijo que voy estirando para ver qué surge. De ahí parte todo. La de Las maldiciones fue ver a un líder político en la playa tomando trago y le fui dando forma. Ese político que vez posando en un asado al lado de la parrilla rodeado de calor, llama y humo sin sudar un poco. Duré dos años con este libro desde el momento de la planeación, pasando por la investigación, hasta sentarme y escribirlo. Por fortuna, soy dedicada, y planteado el objetivo trabajo varias horas todos los días hasta lograr la meta”, dice Claudia.

La Piñeiro asume esa vida que ofrece alternativas pero tú escoges el camino. Paradójicamente estudió Contaduría Pública y trabajó diez años en esa profesión antes de dar el cambio. Fue cuando, aburrida de la actividad de supervisar tornillos, compresores y otros instrumentos técnicos, decidió participar en un concurso de novela erótica que lanzó la editorial La sonrisa vertical.

Tuvo que leer autores como Anais Nin, Henry Miller y Charles Baudelaire para tomar el pulso. Resultado: su novela El secreto de las rubias estuvo entre las diez finalistas.

“La escritura no apareció de repente. Lo que pasa es que vos no sabes que te puedes dedicar a la literatura. En general, la mayoría de los escritores han escrito siempre y tenido otros trabajos y otras profesiones. En un momento se dan cuenta que pueden dedicarse a esto. No fue fácil. Yo ganaba más como contadora y tenía que sobrevivir económicamente. Al principio, en la editorial de Oskar Blottas como correctora de textos, y luego asistente del editor mientras hacía cursos de guiones para cine y televisión -donde pagan mejor- logré la estabilidad que me permitió dedicarme a la escritura”.

Cuánto vale una heladera, fue su primera obra de teatro con la que ganó el galardón del Grupo Editorial Norma, aunque ya había escrito otra en 1991 que pasó sin pena ni gloria. También, Un ladrón entre nosotros, primer texto para jóvenes en 2004. Luego vino Las viudas de los jueves, la novela que significó el paso al estrellato, porque no se puede llamar de otra manera a un libro que vendió 500.000 ejemplares solo en Argentina y fue llevada al cine al igual que sus novelas Tuya, Betivú y Una suerte pequeña.

En algunos afiches promocionales de Argentina se lee que Claudia Piñeiro es la dama del suspenso. Ella lo admite y añade que le gusta ese tipo de relato en el que uno cuenta una historia y el otro, el lector, espera que sigás, que marqués el camino, que develés el misterio.

-Claudia, detengámonos en Las Maldiciones (obra que Marta Orrantia) calificó como una novela que cuenta las verdades de las mentiras. ¿Cómo la defines?

“Ahí está presente la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel. Es la relación de un hombre joven contratado por el político y a merced de este hasta que decide cambiar la relación y tomar la iniciativa”.

-¿Novela policial?

“Algo policial, sin serlo. Es decir, pensamos que si hay un muerto ya está dentro de este género. Pero voy más allá. Aparece el enigma de cómo, por qué y quién de la historia. Va más allá del detective que tiene que darnos todas las respuestas. Además, la atmósfera es sobre la política y todo lo que se mueve allí”.

-¿Cómo fue tu preparación para este libro?

“Leí mucho. Por ejemplo, al antropólogo Lévi-Strauss y su libro El hechicero y su magia. También, a Roberto Arlt sobre el arte y el poder. Y mucha información sobre La Plata, donde transcurre la maldición de Alsina que genera la actitud de Fernando Rovira, el político que pretende la división de la provincia de Buenos Aires”.

-Pero bueno, no nos adelantemos con el desarrollo de esta novela. Un personaje que toma vuelo en la novela es La China Sureda, una periodista que pretende escribir el libro sobre La maldición de Alsina. ¿Por qué la importancia de este personaje?

“Ella parece llevar el hilo conductor, pero su actuación es la de dejar incógnitas de lo que debe hacer pero no hace. Es muy importante en la novela, sobre todo ahora cuando se realza el papel de la mujer que ya es protagonista en nuestra sociedad”.

Habla quien primero quiso estudiar Sociología pero la dictadura imperante en la Argentina decidió cerrar las carreras que consideraba sospechosas. Sin embargo, ella no puede sustraerse a ese intento de vincular las actuaciones de sus personajes con el medio social y político en que se mueven.

Aquí hay mucha tela que cortar, así que lo mejor es dejarlo a usted lector(a) con este abrebocas de una novela que vale la pena leer. Le queda a usted este compromiso para entender el trabajo de Claudia Piñeiro, una escritora a quien le sobran los calificativos.
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